domingo, 19 de abril de 2015

Y Rivaldo tomó el testigo

Fuente: Fcbarcelona.es
Cruyff, Van Gaal, Rijkaard y Guardiola. La historia reciente más exitosa del barcelonismo puede emparentarse con el nombre de estos entrenadores, aunque, en muchos de los casos, la era de uno no fue encadenada por la de otro. De hecho, en este post vamos a recordar una de las épocas más oscuras del conjunto azulgrana. 

Después de dos temporadas conquistando la Liga, Van Gaal se despide de la Ciudad Condal por la puerta de atrás. El campeonato doméstico viajaba a A Coruña y, para colmo, los dos rivales históricos, el Espanyol y el Real Madrid, conquistaban la Copa y la Champions, respectivamente. ¿Podían empeorar las cosas? El mercado de fichajes veraniego volvió a dejar patente la Ley de Murphy, con uno de los mejores futbolistas de la plantilla, Luis Figo, posando con la elástica merengue. En medio de un terremoto institucional, Joan Gaspart, quien se había hecho con el sillón presidencial después de haber estado varios años a la sombra de Núñez, dilapidó los 60 millones de euros recaudados en la operación Figo en contratar a Marc Overmars, Emmanuel Petit, Richard Dutruel y tres jugadores nacionales que podían devolver el encanto a la grada: dos canteranos que regresaban, Gerard y De la Peña, y un jugador forjado en las categorías inferiores del Real Madrid, Alfonso Pérez.

Pero el destino, caprichoso casi siempre, quiso el mejor aval culé para esa temporada ya estuviera, desde hacía varias temporadas, en Can Barça. Durante las dos temporadas anteriores, Rivaldo había dejado un sabor agridulce entre los aficionados azulgranas. Sus cifras no eran malas, pero la relación con Van Gaal se había deteriorado hasta límites insospechados. Su negativa a jugar pegado a la banda izquierda, como un extremo a la vieja usanza, limitándose a driblar al lateral de turno y poner centros al área, por no hablar de las obligaciones defensivas, hizo que el brasileño acabara en el banquillo e incluso en la grada en algunas ocasiones. Su ausencia fue suplida con creces por Figo, quien partiendo desde la banda siniestra empezó a mostrar las cualidades que podría ofrecer un jugador a banda cambiada, vamos, la función que ahora es vital para cualquier mediapunta/extremo.

Con Figo ya en Madrid y el Barcelona dando tumbos con Lorenzo Serra Ferrer en el banquillo, los aficionados azulgranas en particular y los amantes del fútbol en general, pudieron disfrutar de muchas lecciones futbolísticas de Rivaldo, aunque el que fuera ganador del Balón de Oro en el año 1999, dejó tres actuaciones que brillaron más que el resto. Vayamos por partes:

· 18 de octubre del año 2000: Tras tres jornadas en la fase de grupos de la Liga de Campeones, el balance del Barcelona no era nada positivo. La victoria inicial por 4-0 frente al Leeds United dejó paso a dos dolorosas derrotas ante Besiktas (3-0 con exhibición de Nihat) y Milan (0-2) que dejaban como una verdadera final la visita a San Siro en la cuarta fecha. Dutruel demostró en tierras lombardas que la portería culé le quedaba demasiado grande, encajando dos disparos lejanos de Albertini. Pero ese día, a pesar de que no llevara el brazalete de capitán, Rivaldo demostró que sí que era el líder de su equipo. Tiró de repertorio para anotar dos goles de falta (uno por debajo de la barrera, un gesto que luego emularon jugadores como Ronaldinho o Cristiano Ronaldo) y otro de cabeza, demostrando que en ese alma de '10' también había cierto aroma de '9'.


· 4 de marzo de 2001: Corría la jornada 25 del campeonato de Liga y, a pesar de haber ganado en la ida al Real Madrid en el ruidoso retorno de Figo al Camp Nou por 2-0, los azulgranas peleaban por meterse en los puestos de cabeza, mientras su gran rival caminaba firme hacia el título. Las previas del 'Clásico' del Bernabéu apuntaban a una goleada blanca, pero casi nadie tenía en cuenta el factor Rivaldo. Aunque Raúl tiró del carro merengue con dos goles marca de la casa, Rivaldo contestó hasta en dos ocasiones, la última de ellas con un latigazo que había ensayado durante el calentamiento. Con el césped ligeramente mojado, el brasileño puso la cruz en la zona de tres cuartos para sacar otro zurdazo que acabaría en las redes de Casillas, aunque el árbitro Losantos Omar acabó anulándolo por un más que polémico fuera de juego. El partido acababa en tablas (2-2), recuperando las discusiones sobre favores arbitrales a unos y otros, pero sin negar la evidencia: Rivaldo sostenía al Barcelona en plena caída libre.

· 17 de junio de 2001: Por si algunos aficionados aún tenían dudas de la importancia de Rivaldo en el Barcelona, el internacional brasileño se guardaba aún la que ha sido, quizás, la mejor de sus exhibiciones. En la última jornada del campeonato, Barcelona y Valencia se disputaban en el Camp Nou la última plaza que daba acceso a la Liga de Campeones. Los 'ché' llegaban en plena depresión tras perder la final de la Champions en penaltis ante el Bayern, pero con un verdadero equipazo. Además, las matemáticas estaban de su lado, ya que un empate les bastaba para lograr su objetivo. Muy cerca se quedaron de lograrlo, pero un vez más, Rivaldo se vistió de héroe. Si algún aficionado no tuvo el privilegio de verle jugar, valgan estos tres goles como resumen de sus cualidades: golpeo a balón parado, capacidad de pegar al balón desde media distancia y una habilidad innata para manejar una suerte tan complicada como la chilena, como ya había demostrado antes ante el Valladolid. Sobran las descripciones, vean el vídeo y simplemente disfruten de él:
   

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