sábado, 25 de abril de 2015

Lo que la final de Copa ha puesto de manifiesto


Queda poco más de un mes para que se dispute la final de la Copa del Rey. Será el 30 de mayo en el Camp Nou. Allí se verán las caras el Athletic y el Barça.

Todavía estoy asombrado de todo el proceso que ha habido para designar la sede. Ha habido finales que se han jugado en el campo de uno de los contendientes, pero creo que es la primera vez en la historia del fútbol que la sede se designa al final, cuando se sabe cuáles son los equipos que la van a jugar. ¡Increíble!

Cuatro entidades han quedado retratadas de mala manera

La primera, la FEDERACIÓN. ¡Qué manera de maltratar el torneo más antiguo de España! ¡Qué manera de honrar la figura del Rey! Año tras año se repite la misma historia, y no hay forma de cambiar el modo de actuar. Con lo fácil que sería determinar el número de estadios susceptibles de acoger el evento, y asignar al principio de la temporada la sede de la final, con designación de obligada aceptación para el club. 

Porque, así como en Europa son muchas las alternativas que hay a la hora de fijar una sede, en España no son tantas (por cuestiones de aforo, estado de la instalación, capacidad hotelera de la ciudad,…). No llegará a 10 el número de campos donde se pueda jugar una final. Así que, una vez tomada la decisión, la aceptación es de obligado cumplimiento para el anfitrión. En caso de negarse, nada como sancionar con la expulsión de la competición. Es mucho dinero el que está en juego.

En segundo lugar, ha quedado retratado de mala manera el REAL MADRID. El Santiago Bernabéu era la opción perfecta. Segundo campo más grande del país, ciudad equidistante para ambos equipos, todos los servicios de la capital de España… Sin embargo, no ha sido posible por la negativa de Florentino Pérez.

El presidente merengue siempre habla del señorío y los valores del club, pero a la hora de la verdad nos encontramos ante un auténtico acomplejado. Cada verano intenta demostrar que es quien “la tiene más larga”, haciendo los fichajes más caros de cada temporada (hay informaciones que anuncian la contratación de Pogba, jugador francés de la Juventus de Turín, a cambio de 100 millones de euros). Su negativa, con la excusa de que no quería que en su campo se pitara el himno nacional, es una muestra más de ese complejo de inferioridad.

En tercer lugar, ha quedado retratado el BARCELONA, club experto en hacer lo contrario de lo que dice. Durante años nos han querido vender la moto de la confianza que tienen en la Masía y en el estilo de juego propio e innegociable, pero a la hora de renovar el equipo campeón forjado por Guardiola han fichado mucho (y caro), sin dar apenas oportunidades a sus jóvenes promesas. 

Afirmaron públicamente que no querían jugar la final en su estadio, pero Joan Gaspart, dirigente federativo, contó, una vez designada la sede, la maniobra encubierta que habían preparado para llevarse el gato al agua.

El fiscal que lleva en los tribunales el caso Neymar ha pedido penas de prisión para Rosell y Bartomeu. Desde Barcelona se apela al victimismo y a la “persecución” desde Madrid. Pero la única verdad es que para hacer el fichaje del brasileño se utilizaron ¡siete contratos! La finalidad no puede ser otra que la de ocultar información económica (a Hacienda, a los poseedores originarios de sus derechos federativos,…). Bartomeu, para más inri, justificó el encarecimiento del fichaje en la petición de Tito Vilanova, que por desgracia no está aquí para defenderse. En esas manos está el club culé. Sin comentarios.

En cuarto lugar, queda mal retratado el ATHLETIC, y en especial, Josu Urrutia, su presidente. Una vez más ha quedado demostrado que el cargo le queda grande. Dejarse meter un gol así lo dice todo. Incapaz de establecer lazos de complicidad con nadie, siempre aparece en sus escasas ruedas de prensa, en las que apenas dice nada,  con gesto serio y antipático. Es lo que tiene elegir a personas que no han demostrado nada profesionalmente antes de acceder a un cargo como el que ostenta el ex-jugador rojiblanco.

A ver si por lo menos tenemos suerte y vemos un partido disputado en el césped. Porque las dos últimas finales entre ambos equipos se las llevó el Barça por incomparecencia rojiblanca (estar, estaban, pero jugar…).

Julen Basagoiti (@jbasagoiti)

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