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jueves, 8 de octubre de 2015


miércoles, 26 de agosto de 2015

Volver a empezar

Asier Illarramendi. FOTO: fichajes.net

Mikel Arteta, Xabi Alonso o Asier Illarramendi. Zubieta fue la cuna de grandes mediocentros, pero ninguno de ellos estuvo tan expuesto a la magnificación mediática propia de los actuales “busca balones de oro” como lo estuvo Illarra. No hay joven talento que no cumpla la mayoría de edad sin verse sometido a un juicio en el que se debate cuál es su precio antes que ensalzar sus mejores cualidades futbolísticas.

Illarramendi no contaba con la jerarquía propia de timones como Xabi Alonso. Tampoco tenía esa capacidad para inventar que poseen genios como Luka Modric. Illarra era español, había salido de Zubieta y llevaba un año maravillando vestido de txuri-urdin. Asier es más de ir a su ritmo, de dar esos pasitos previos a un pase inteligente y de buscar –aunque no lo parezca- un cambio de orientación sin importar qué pierna tuviera que hacerlo. Compartió centro del campo (en la Eurocopa Sub21) con Koke y Thiago, y fue allí donde vimos qué podía dar a un Real Madrid en busca de un recambio para un mermado Xabi Alonso.

Thiago Alcántara es un jugador que, por características, se asemeja a Modric. Asier Illarramendi cuajó un europeo superlativo y pocos dudaban de que pudiera convertirse en el mejor escudero para el croata. Luka inventaría y, mientras tanto, Illarra le cubriría las espaldas.

Pero Illarra no es un fenómeno, no brilla con luz propia y, para más inri, Alonso desertó y Kroos se puso a tiro. Dosificar al tolosarra era la misión del de Mutriku mientras iba adquiriendo capacidad de mando, pero Toni no lo necesitaba, y los minutos a los que aspiraba Illarra se redujeron drásticamente a la vez que su confianza fue mermando. Algo que no casa con la madurez imprescindible para desempeñar el papel de mediocentro.

La confianza que le faltaba a Illarra la traía Toni Kroos, quien no necesitaba añadir a su palmarés experiencia ni noches de jerarquía: ya traía de todo esto en la mochila. Illarra quedó entonces en un segundo plano y el experimento de Ramos acabó por destrozar su anhelo por ser alguien en Chamartín. Venía ya arrastrando una losa de 40 millones de euros y la incompetencia de Khedira empujó a Florentino a realizar fichajes intranscendentes que ensuciaron más si cabe la imagen del vasco.

“Hay camisetas que se comen jugadores”. Se lo escuché a Paco González y qué bien define la experiencia vivida por Illarra. El vasco llegó a la capital para convertirse en una estrella y acabó estrellándose contra la lista de jugadores que el Real Madrid ha reclutado para convertirlos en mediocres. Pero el de Mutriku cuenta con una ventaja: aún es joven, y vuelve a casa. Anoeta será testigo de un reencuentro: el de Asier Illarramendi con su fútbol.


El texto que nunca vio la luz

Xavi Hernández celera un gol con el FC Barcelona
Hace algo más de un año los rumores sobre la salida de Xavi Hernández del FC Barcelona eran tan fuertes que, si les hubiéramos puesto un aplausómetro, habrían superado a los provocados por Cristiano Ronaldo el día que pisó el Santiago Bernabéu por primera vez. Intentando adelantar trabajo, escribí un breve artículo de opinión sobre mis impresiones en aquel momento. Hoy, día en el que parece que se han sentado las bases de un nuevo proyecto, lo pongo a disposición de este blog para realizar experimentos. 

"Si miramos solo el resultado nos quedamos en lo superficial. Hay que volver a ver los partidos, revisarlos, yo lo he hecho. Llegaron mejor que nosotros de ritmo y fuerza, pero el balón fue nuestro, no pudieron dominarnos. La guerra Barça-Madrid durante la temporada nos descasta mucho a los dos. En Alemania no es lo mismo, no tienen esta intensidad de duelo, esta rivalidad histórica". Así de contundente fue Xavi tras el 7-0 que les endosó el Bayern el año pasado en Champions.

Xavi Hernández nunca supo encajar las derrotas, siempre se refugió en hechos más bien intrascendentes para excusarse de los palos más dolorosos. Los problemas, cuando se afrontan de cara, son las mejores oportunidades para crecer, y quizá por eso, por no saber remar contra la adversidad, la carrera de Xavi termina cuando ha dejado de tenerlo todo a favor. Sin físico y sin un líder capaz de levantar un ánimo hundido, tanto el Barça como la selección española han dejado de navegar ante la incapacidad de su capitán. Proyectos tocados y hundidos que precisan ahora de una basta regeneración. Cierto es que nadie ha llegado tan alto como él: nadie ha jugado tantos partidos con la camiseta del FC Barcelona, y pocos jugadores del mundo podrán presumir de tener 25 títulos en su haber, pero su capacidad de reacción a la hora de culminar una carrera espléndida ha sido insignificante.

Siempre estaré muy agradecido a Xavi por todo lo que ha dado al fútbol en general. Nadie creó tantas situaciones de ventaja para un compañero con un giro de cadera y un balón en profundidad. Nadie vio el fútbol con tanta claridad como lo vio él desde el césped. Pero el dicho de "las cosas no son como empiezan, sino como acaban" es demasiado cruel si con él pretendemos definir la carrera de Xavi Hernández. Guardiola se fue del FC Barcelona porque ya no había hambre. Xavi se va porque ese hambre se va a regenerar, y él no va a tener las mismas ganas.

A Xavi una vez le preguntaron si, en una final, prefería jugar bien o ganar, a lo que contestó: "Esta pregunta es una putada". Siempre fue muy cerrado, muy de tópicos y de creerse sus propias barbaridades. Huyó de aquella pregunta como ahora, para placer de muchos, huye a destiempo. Siempre le admiraré por lo que fue sobre el césped, del mismo modo, seguiré esperando la guinda de un pastel del que, sin excepción, disfrutamos todos.

Me consuelo leyendo que "ese hambre se va a regenerar" (y se regeneró, ganaron el triplete) y "las cosas no son como empiezan, sino como acaban" (¡y cómo acabaron!).

sábado, 23 de mayo de 2015

Coge el dinero y corre

Ya hemos hablado en estas páginas sobre la situación del fútbol español, sobre los derechos televisivos y sobre las dificultades que se encuentran algunos clubes profesionales españoles para competir con sus adversarios del extranjero. Últimamente, este asunto ha dado mucho que hablar, y hasta ha motivado una intentona de huelga por parte de los futbolistas, impedida por la Audiencia Nacional in extremis. Pero, realmente, ¿cómo queda la nueva regulación de los derechos televisivos?


O jugamos todos, o se rompe la baraja...

No hace mucho que este servidor defendía un reparto más equitativo de los ingresos por explotación de los derechos de emisión televisiva. La situación era y es aún de evidente desproporción entre unos clubes y otros, lo que no sólo fomenta que la brecha entre ellos sea cada vez mayor, sino que se retroalimenta el argumento clásico del buen juego, los grandes jugadores o los títulos. Sin ir más lejos, entre los clubes que más ingresos percibían por ingresos provenientes de la explotación de los derechos de la Liga (Real Madrid – Barcelona: 150 millones de euros) y los que menos (Rayo – Almería: 18 millones), había una diferencia de 132 millones en números brutos. Es decir, unos perciben unas 8 veces más que otros.

Pareciera que aquel artículo resultara ahora premonitorio. Las partes llevaban mucho tiempo reclamando una nueva reglamentación. Voces de todas procedencias habían puesto de manifiesto la necesidad de proceder a un reparto diferente, partiendo de un modo también distinto de comercializar los derechos de emisión, por más que no estuviera muy claro qué quería cada quién. Se han hecho declaraciones de todo tipo, los presidentes de las entidades que tienen más peso en el fútbol español han manifestado varias veces su incomodad con el reparto anterior, y no pocos personajes habían instando al Gobierno actual a evacuar una nueva ley al respecto.

Finalmente, así ha sido, por trámite de urgencia, mediante Real Decreto Ley, en concreto el RD Ley 5/2015, de 30 de abril, de medidas urgentes en relación con la comercialización de los derechos de explotación de contenidos audiovisuales de las competiciones de fútbol profesional, publicado el BOE núm. 104,  de 1 de mayo de 2015, y con vigencia desde 2 de mayo de 2015. Esta norma es la que ha motivado, no se sabe todavía muy bien por qué, la tentativa de huelga por parte del Sindicato de Futbolistas, instada y promovida por un Presidente de la Federación Española que nadie sabe dónde está, pero que sigue moviendo los hilos.

La nueva situación del fútbol español

El RDL 5/2015 tiene por objeto regular “la comercialización de los derechos de explotación de contenidos audiovisuales de competiciones futbolísticas correspondientes al Campeonato Nacional de Liga de Primera y Segunda División, a la Copa de S.M. el Rey y a la Supercopa de España, así como los criterios para la distribución de los ingresos obtenidos entre los organizadores y participantes en las mismas”. Quedan fuera de su regulación la emisión radiofónica de los eventos, así como la emisión en diferido o dentro del recinto deportivo, sobre los que no se pronuncia el RDL y que están aún por reglamentar, quedando en principio a la libre disposición del club en cuyo estadio se celebre el partido.

Sin duda, las dos novedades principales son: la obligación de que los derechos de emisión televisiva se comercialicen en conjunto por todos los clubes, a través de una “entidad organizadora”, que señala la propia Ley, y que depende de la competición concreta; y el establecimiento de un sistema de reparto de ingresos que pretende acortar las diferencias entre los clubes grandes y los más modestos, aunque sin dejar de lado criterios de mérito o de audiencia.

Así, el RDL establece que la Liga de Fútbol Profesional será la entidad organizadora en la que recaiga la competencia y titularidad de los contratos de comercialización de los derechos televisivos en el caso de que los partidos de Liga, tanto de Primera, como de Segunda. Y en el caso de los partidos de Copa del Rey y de Supercopa, será la Real Federación Española de Fútbol la entidad encargada de comercializar dichos partidos.

Dos limitaciones importantes y genéricas se imponen a los futuros contratos: ninguno podrá tener una duración mayor de 3 años, y además en todo caso se debe respetar lo establecido por la Ley 7/2010, General de Comunicación Audiovisual, en su artículo 20 y en la Disposición Transitoria Sexta (que obligan, por ejemplo, a que todas las semanas haya un partido de Primera en abierto y a que la final de la Champions o la Copa del Rey sean también en abierto).

Criterios de reparto de los derechos de emisión televisiva de la Liga y la Copa

Sin duda, esta es la parte central del Real Decreto, la que todo el mundo del fútbol español estaba esperando desde hace mucho, y la que puede levantar alguna que otra ampolla, o curar alguna que otra herida. Sin pretender llegar a la exhaustividad, vamos a ofrecer un esquema de la nueva regulación legal en relación con la Liga:
- El 90 % de los ingresos por este concepto se repartirá entre los clubes de Primera División. La mitad de este porcentaje se repartirá a partes iguales entre todos los clubes (he aquí una de las principales novedades).
- El 10% restante irá destinado a los clubes de Segunda División, del cual al menos el 70% respectivo se repartirá a partes iguales entre todos los clubes de Segunda.
- Luego habrá una fórmula de reparto del porcentaje restante, en función de criterios como la clasificación de los últimas temporadas, la implantación social (número de abonos y taquilla media de las últimas 5 temporadas) y coeficiente de participación en la generación de recursos.
- La diferencia de ingresos entre el club que más reciba y el que menos nunca podrá ser superior a las 4,5 veces (límite que desciende hasta las 3,5 veces en el caso de que los ingresos totales superen los 1.000 millones de euros).
- Se establece la creación de un Fondo de Compensación para equipos que desciendan categoría. Este Fondo se compondrá de las aportaciones de los clubes. Cada club aportará el 3,5% de lo que obtenga por la comercialización conjunta de los derechos audiovisuales.
- Otros porcentajes de los ingresos de los clubes se destinarán a otros fines de la LFP, la RFEF o el CSD, pero en todo caso tendrá preferencia aplicarlos al pago de las deudas de los clubes con la Agencia Tributaria o con la Seguridad Social.

En cuanto a la Copa de S. M. el Rey, los criterios son muy parecidos, sustituyendo aquellos que se refieren a la clasificación en la Liga por la posición en la Copa de aquellos clubes que hayan disputado al menos los Octavos de Final durante las últimas 5 temporadas anteriores.


¿Más dinero, mejor espectáculo?

Esta nueva situación ya ha entrado en vigor, por lo que irá implantándose poco a poco, conforme vayan venciendo los contratos individuales existentes, hasta una total negociación conjunta de los derechos de emisión audiovisual. En un breve plazo, la Liga al completo negociará y venderá estos derechos al mejor postor, en procedimiento abierto, transparente y objetivo. Se espera con ello que la fuerza negociadora de los clubes sea mayor, y que el precio de adjudicación, con los ingresos por club correspondientes, suban (al menos, para 18 de los 20 equipos actuales). Todos damos por seguro que ello conllevará una mejor y más saneada situación económico-financiera de los clubes, más capacidad de compra de jugadores de élite, y una competencia mayor y más igualada. ¿Será realmente así? Hay muchas posibilidades. El camino está por recorrer. La puerta está abierta. Las opciones están por definirse y escogerse. Si la gestión de los clubes es buena y sensata, es posible que pronto veamos, por ejemplo, al Villarreal disputar el Campeonato de Liga, o al Elche luchar por los puestos de Europa League. Pero si los dirigentes españoles sólo ven dinero con que financiar sus aventuras o enriquecer sus patrimonios; y lo que es peor, si la llegada de más dinero a las arcas de los clubes produce una inflación desordenada en los precios de los traspasos o en las comisiones de los agentes, no habremos ganado nada y volveremos al punto de salida.

Pero al menos estamos ante una decisión que había que tomar. No sé si la más valiente o la más acertada, pero en todo caso necesaria, porque reducir las diferencias de ingresos entre unos clubes y otros, al menos en algunos conceptos, es el primer paso para lograr una competencia mayor y un campeonato más emocionante. Ahora le toca a los clubes hacer lo correcto; y a la Federación y a la Liga, no molestar o molestar lo menos posible.

El fútbol durante y después de la Unión Soviética (I)

fútbol durante la Unión soviética
La URSS durante su participación en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980

La desintegración de la Unión Soviética supuso el adiós de una potencia deportiva mundial. A finales de la década de los 80, las repúblicas que formaban parte de la URSS, decidieron emprender caminos separados y fueron proclamando sus independencias. En diciembre de 1991 se produce la disolución definitiva de la Unión, naciendo en ese momento múltiples nuevos Estados que paulatinamente abandonarían las estructuras económicas y políticas del bloque soviético.

La URSS se había formado en 1922, fruto de una revolución que desplazó a la monarquía de la jefatura de Estado de Rusia. Surge en ese momento una verdadera potencia que lo sería durante todo el siglo XX, hasta su definitivo ocaso. A Rusia se le unirían otros 14 Estados, algunos voluntariamente y otros a la fuerza, formando una confederación de Estados, un verdadero macro-Estado. Éste fue precisamente el motivo de su posterior colapso.

Deportivamente fue también una potencia. Desde su formación destacaron en multitud de disciplinas deportivas. Así, en sus casi 70 años de existencia, consiguió un total de 1016 medallas olímpicas, de las cuales 402 fueron de oro. En fútbol, por ejemplo, fue campeona de Europa en 1960, aunque la Copa del Mundo fue su asignatura pendiente. En otras disciplinas como el baloncesto fueron 3 veces campeones del mundo, y 14 veces campeón de Europa, un auténtico referente mundial en este deporte, donde surgieron estrellas de la talla de Arvidas Sabonis, Rimas Kurtinaitis o Sarunas Marciulonis, entre otros.

También fue una auténtica potencia en los deportes de Invierno, lógico teniendo en cuenta que gran parte de su territorio está cubierto durante gran parte del año por nieve y hielo.

Futbolísticamente, sin duda, la URSS fue también una gran potencia. Para los españoles hablar de la Unión Soviética asociándolo al fútbol, nos trae el recuerdo del primer gran triunfo internacional de la selección española, en 1964, cuando España derrotó a la URSS en la final del Campeonato de Europa, disputada en el Estadio Santiago Bernabéu, merced a un gol en los últimos minutos del gran Marcelino a centro de Jesús Pereda.

La selección de fútbol de la Unión Soviética


Su debut como selección de la Unión Soviética se produjo en 1924. Hasta ese momento, y a pesar de producirse la unificación de las diferentes repúblicas soviéticas en 1922, muchos Estados del mundo no habían otorgado el reconocimiento a este nuevo Super-Estado. En 1924 el Imperio británico reconoce a la Unión soviética, y con él la mayoría de la comunidad Internacional. Por tanto, se permitió la participación de este nuevo Estado en las competiciones internacionales. Anteriormente, tras la Revolución rusa, la selección de la Rusia soviética era quien competía representando a Rusia, y el resto de territorios mantenían su representación diferenciada.

La Unión soviética venció la Eurocopa de 1960
La URSS venció en la Eurocopa de 1960
La URSS siempre fue una potencia en el fútbol. Su selección obtuvo títulos internacionales y estuvo presente en casi todas las ediciones de la Copa del Mundo excepto las de los años 1974 y 1978. Sin embargo el Mundial fue precisamente su talón de Aquiles, ya que a pesar de su potencial, nunca logró vencerlo y su mejor actuación fue un cuarto puesto en la Copa del Mundo de Inglaterra en 1966.

Antes, en 1960, se había alzado con el campeonato de Europa, primera edición de este campeonato que se disputó en Francia,  al derrotar en la final a otra gran selección desaparecida, Yugoslavia. Además en su palmarés también están dos medallas de oro olímpicas en Melbourne 56 y en Seúl 88.

Entre los grandes del fútbol soviético hay que nombrar en primer lugar a Lev Yashin. Es considerado el mejor portero de la historia del fútbol. Internacional 78 veces, es el único guardameta que ha logrado el Balón de oro hasta el momento, en 1963. La Federación Internacional de historia y estadística de fútbol lo nombró el mejor portero del siglo XX. Le apodaban la Araña Negra, pues parecía que tenía 8 patas, lo paraba casi todo y vestía completamente de negro.

Lev Yashin
Lev Yashin, considerado el mejor portero de la historia
Fue partícipe de los primeros triunfos de la selección soviética en la Olimpiada de Melbourne 56 y cuatro años más tarde en la primera edición de la Copa de Europa, Francia 1960.
Su carrera se desarrolló únicamente en un club,  el Dinamo de Moscú con el que logró 5 Ligas nacionales.

Oleg Blojín fue un delantero ucraniano de gran calidad. Dicha calidad le fue reconocida en 1975 cuando se le concede el Balón de oro. Era el segundo jugador soviético en recibirlo tras el guardameta Lev Yashin. Comenzó su carrera en el Dinamo de Kiev, el club por excelencia en Ucrania, que además era de los más potentes de la Unión soviética. Sólo en el ocaso de su carrera como jugador marchó a otras ligas a probar suerte, jugaría en Austria y Chipre. Con el Dinamo ganó 6 Ligas soviéticas, y 2 Recopas de Europa.

Es el jugador soviético que más partidos internacionales disputó con el “Ejército Rojo”, un total de 112, y marcó 42 goles, siendo también el máximo goleador en la historia de dicha selección. Con la selección logró dos bronces Olímpicos. Posteriormente se convirtió en entrenador y consiguió dirigir a la selección ucraniana y al Dinamo de Kiev.

Otro mítico jugador de la URSS fue el también ucraniano Igor Belanov, apodado “El cohete de Odessa”, Balón de Oro en 1986, último futbolista soviético en obtenerlo.
Su gran velocidad y destreza le llevó a pasar de jugar en el equipo local de su localidad natal, el SKA de Odessa, al Dinamo de Kiev y posteriormente traspasar las fronteras soviéticas y disputar una de las grandes Ligas, la Bundesliga, jugando en el Borussia Monchengladbach, aunque no obtuvo el éxito esperado.

Otras grandes figuras de aquella selección soviética fueron algunos como Eduard Streltsov, Oleg Kuznetsov, Igor Netto, Alexei Mijailichenko, etc.

El Campeonato nacional de la Unión soviética


Logo de la Liga Soviética
El Campeonato nacional de la Unión soviética fue la máxima competición de la URSS. Empezó a disputarse bastantes años después de crearse este nuevo Estado, concretamente en 1936.  El último año en el que se disputó fue 1991.

Fue una Liga con un potencial medio en Europa. Sus clubes no lograron alcanzar en ninguna edición el título de Campeón de Europa, pero incluso ni siquiera consiguieron alcanzar la final. Sin embargo, en lo que respecta a la Recopa de Europa, 2 equipos lograron los 3 títulos que la URSS posee en esta competición, el Dinamo de Kiev (74-75 y 85-86) y Dinamo de Tibilisi (80-81). Además otro equipo soviético alcanzó la final de la Recopa, aunque acabó derrotado, fue el Dinamo de Moscú que perdería la final ante el Glasgow Rangers escocés en 1972.

Los principales equipos de la URSS, algunos de los cuales siguen existiendo, aunque disputando las competiciones de los países que se formaron tras la desintegración de la Unión soviética, fueron, por ejemplo, el Dynamo de Moscú, el Spartak de Moscú, el Dinamo de Kiev, el CDKA de Moscú (actual CSKA de Moscú), y el Torpedo de Moscú.


La competición disputó su última edición en 1991. El primer campeón fue el Dynamo de Moscú, siendo el último el CSKA de Moscú en 1991. El club que más títulos obtuvo en esos 55 años de Liga soviética fue el Dinamo de Kiev con 13 entorchados, por 12 del Spartak de Moscú,  11 del Dynamo de Moscú y 7 del CSKA de Moscú. 

viernes, 15 de mayo de 2015

La mayor historia de rivalidad de la NBA: Bird y 'Magic'

Fuente:animals-pics.com

Salt Lake City, 26 de marzo de 1979. Momento en que comenzaba uno de los más bellos duelos que recuerda el deporte. Una maravillosa lucha de poder que jamás el baloncesto podrá olvidar.

Earvin Johnson (Lansing, Michigan 14 de agosto 1959) había crecido en una familia pobre con seis hermanas y tres hermanos. El joven Earvin tenía la capacidad de aislarse tras un balón de basket, tras el cual forjaba su sueño. Para ello madrugaba cada mañana para poder jugar al basket antes de acudir al colegio. La alegría y sonrisa de aquel niño negro jamás le abandonó y poco a poco todo su talento no pasaba desapercibido.

Para Larry Joe Bird (Indiana, 7 de diciembre 1956), los inicios no fueron mejores que los de Earvin. De infancia turbulenta, las dificultades económicas sacudían su hogar día tras día. Su padre, Joe, alcohólico. Su madre difícilmente podía sostener a la familia. Así fue como el pequeño Larry se “escondió” tras un balón de basket. El baloncesto le dió a Larry el cobijo que necesitaba.

Los inicios del joven Earvin como baloncestista fueron formidables. Pronto destacaría en su instituto. Su liderazgo llevó a su High School a ser campeón. “Magic”, como ya era apodado, fue campeón estatal con balance de 27 victorias y una única derrota.

Por su parte, el joven Larry, más lejos de los focos mediáticos, se convertiría en el máximo anotador de la historia del instituto Springs Valley.

Ambos protagonistas llegarían paralelamente a su etapa universitaria con una amor en común: el baloncesto.

Larry llega a la Universidad de Indiana en 1976, un año antes había perdido a su padre por suicidio. Esta universidad contaba con el programa de baloncesto de mayor nivel del estado, dirigido por el mítico Babby Knight. Larry no es capaz de asumir el salto del su pueblo natal a tan prestigiosa Universidad. Esto le lleva a regresar a su pueblo y volver a comenzar de cero. Desde la más modesta Universidad de Indiana State llegaría a lo más alto. Ahí, Larry Bird mostraría su inmenso talento, su visión de juego. El rubio blanquecino de depurada técnica sorprendió a propios y extraños. No pasa desapercibido para los Celtics que lo eligen en 6ª posición del draft de 1978, que muy a pesar de los de Boston, ven cómo Bird decide aplazar un año su incorporación a la NBA para cursar el cuarto curso en su universidad.

Magic” Johnson había llegado a la Universidad estatal de Michigan. Una Universidad que no destacaba por ser de las que mejor programas deportivos disponía. De hecho, llevaban 19 años sin competir por el NCAA. Esto lo cambió la llegaba de “Magic”.

Salt Lake City, 26 de marzo de 1979. La gran final de la NCAA que enfrentaba a la Universidad de Indiana State y la Universidad de Michigan State. Indiana State llegaba a la cita invicta, guiados por un “campesino” genial y fantástico de nombre Larry Bird. Los Spartans de Michigan iluminados por un joven virtuoso al que llamaban “Magic” Johnson.

Michigan State 75 – Indiana State 64



“No jugué nada bien. Era el partido más importante de mi vida y la peor derrota de mi carrera”

Larry Bird

Ese día el mundo descubrió a “Magic” Jonhson. Ese mismo año, Jonhson sería el primer drafteado por los Lakers. Ese mismo año, Bird se iría a Boston.



Ese mismo año, en aquella final del 26 de marzo, dos rivales se enfrentaban por primera vez. Némesis el uno del otro. Geniales paralelamente harían de su duelo el mayor espectáculo de la NBA durante años. Lakers Vs. Celtics, Magic” Vs. Bird, son historia eterna del deporte. Una historia que forjó un rivalidad y sobretodo una eterna amistad.

Escrito por @oscargomesende

jueves, 7 de mayo de 2015

Alex Villaplane: De capitán de Francia a asesino nazi


Centrocampista con clase y uno de los mejores cabeceadores de su tiempo, en 1930 sería el capitán de la selección francesa que acudió a Uruguay a disputar el I Campeonato del Mundo de Fútbol. Sin embargo, su oscuro destino le iba a llevar a escribir una de las páginas más negras y ponzoñosas de toda la historia del balompié.

Nacido en Constantine (Argelia), el 12 de septiembre de 1905, Alexandre Villaplane pronto empezaría a destacar con un balón en los pies. Así, con solo 16 años, debuta en el FC. Sète (1921-1924). Más adelante, pasará por el SC. Nimes (1927-1929), Racing de París (1929-1932), FC. Antibes (1932-1933) y OGC Nice (1933-1934).

En 1926, siendo uno de los medios más habilidosos de Francia, recibe por primera vez la llamada de la selección gala, con la que será internacional en 25 ocasiones, hasta 1930, convirtiéndose en el primer jugador de origen africano en formar parte del combinado francés. En 1928 participará con su selección a las Olimpiadas de Amsterdam y, un año más tarde, el 14 de abril de 1929, Villaplane será uno de los once componentes del equipo de Francia que caerá derrotado nada menos que por 8 goles a 1 ante España, en un encuentro amistoso celebrado en Zaragoza.

Ya en 1930, Uruguay va a ser el país organizador del I Campeonato del Mundo de Fútbol. Una de las pocas selecciones europeas que acudirán a este evento será la francesa, con Villaplane como capitán del equipo. De este modo, el jugador de origen argelino será uno de los veintidós hombres que salten al terreno de juego en el Estadio de Pocitos, en el que será el primer partido de la historia de los Mundiales, que enfrentará a Francia con México, y donde su compañero Lucien Laurent será recordado siempre por marcar el primer gol logrado en un Mundial.

Francia en el Mundial de 1930. Villaplane de pie, el primero por la drecha

Un par de años después, siendo jugador del FC. Antibes, el que había sido uno de los mejores centrocampistas del país galo, empezará a arrojar por la borda su carrera deportiva, comenzando por ser uno de los artífices del amaño de un partido decisivo, que costará la descalificación de su equipo y poco después, ya siendo jugador del OGC. Nice empezará a ser visto con frecuencia en las carreras de caballos. Su última temporada como futbolista tendrá lugar en el Hispano-Bastidienne (de la 2ª División francesa), en la temporada 1934-35, aunque finalizará el campeonato entre rejas, involucrado en un escándalo de apuestas relacionado con las carreras. A partir de aquí, su periplo por distintas cárceles francesas será una constante, a causa de unos problemas económicos que le llevarán a verse inmerso frecuentemente en distintos escándalos y casos de corrupción.

Sin embargo, con el estallido de la II Guerra Mundial parece ver una vía de escape y se une a la causa nazi, integrándose como jefe de comando en el escuadrón de las SS Muhammad, del norte de África. En 1940 volverá a la cárcel por un período de seis meses, acusado de extorsionar a familias judías. A su salida de la prisión, se une a la Gestapo francesa, dedicándose a vender el oro sustraído a los prisioneros. Con el avance de la tropas aliadas, se verá obligado a adoptar una identidad falsa, pues comenzará a ser perseguido. En cualquier caso, este cambio de identidad no va a impedir que dé nuevamente con sus huesos en las cárcel, por su implicación en el mercado ilegal de piedras preciosas. Una vez liberado, el ex futbolista va a convertirse en uno de los cinco jefes de la brigada del Norte de África, donde será nombrado Untersturmführer (Jefe de Asalto). Durante la ocupación de este cargo saldrá a relucir el lado más vil de Villaplane quien, encargado de atacar a la resistencia francesa, acabará ordenando el asesinato de 52 prisioneros, por quienes había negociado a cambio de dinero, en la Matanza de Oradour-sur-Glane.
 
Villaplane, capitán del SC. Nimes

El 24 de agosto de 1944 va a ser arrestado, y esta ocasión será la definitiva, bajo la acusación de participar en, al menos, otros diez asesinatos de personas inocentes. El juicio en su contra sólo durará unos pocos días, debido a la evidencia de las pruebas mostradas contra él. El veredicto llega el 1 de diciembre, cuando es sentenciado a muerte y, finalmente, es fusilado el día 26 del mismo mes, en el Fuerte de Montrouge.

Las barbaries cometidas por este personaje aparecen aquí muy resumidas, pues fueron muchas y muy atroces, pero no merece la pena dedicar más líneas a este genocida, vergüenza del fútbol francés e internacional.

Emiliano Negrillo JR.

miércoles, 6 de mayo de 2015

El fútbol femenino también existe


Cuando en 1884, la activista a favor de los derechos de la mujer, Nettie Honeyball, fundó el British Ladies Football Club, parecía una quimera pensar que el fútbol femenino compitiera en popularidad a sus homólogos masculinos.

Durante casi un siglo, la lucha por el fútbol femenino fue constante, pero a día de hoy la distancia se recortó; hasta el punto que en varios países como EEUU, Japón o los países nórdicos el fútbol femenino goza de tanta o más popularidad que el masculino.

A lo largo del siglo XX, la actividad femenina por sus derechos balompédicos fue vehemente. Las mujeres practicaban fútbol , pero el mundo no parecía ser consciente de ello. Centrados siempre en la frase “el fútbol es un deporte de hombres”, se desdeñaba las cualidades femeninas en el deporte rey.

En 1971, la UEFA, en un intento de acercamiento o pacificación, confió a distintas asociaciones el fomento del fútbol femenino. Un primer paso, el fútbol femenino pronto comenzaba a consolidarse. Se constituyeron ligas en Italia, EEUU y Japón y la popularidad crecía progresivamente sin envidia de sus símiles masculinos.

El siguiente paso importante fue el primer “Campeonato Europeo para equipos Representativo de Mujeres”, promulgado por la UEFA. La final en 1984 daba ganadora a Suecia. El fútbol femenino oficial daba sus primeros pasos en Europa. Su consolidación fue en 1987, cuando la UEFA crea definitivamente la Euro Femenina. Ganó Noruega y las 7 restantes finales, hasta el día de hoy, son exclusividad de Alemania.

A pesar del éxito que tenía el fútbol femenino, la FIFA siempre era reticente a su oficialización. El hecho es que desde 1970 se disputaron distintos “campeonatos del mundo” de fútbol femenino, campeonatos NO organizados por la FIFA y los cuales la propia asociación rechazaba. A pesar de que el campeonato de 1971 consiguió despertar la atención de propios y extraños, no fue hasta 1989 cuando el presidente de la FIFA, Joao Havelange, se compromete a la organización de un campeonato del mundo de “prueba” en China. El éxito fue rotundo. El reconocimiento internacional era masivo. Ahora sí la FIFA reconocía a la rama femenina como miembros de sus asociación. Tras luchas durante décadas, por fin el fútbol femenino era reconocido oficialmente a nivel mundial.

Año 1991, primer Campeonato del Mundo de Futbol Femenino: Se disputó en China y la campeona fue EEUU con jugadoras del nivel de Michell Akers o Mia Hamm en sus filas. Desde ese año el fútbol femenino no hizo más que crecer y consolidarse. La popularidad de la rama femenina del fútbol creció en las últimas dos décadas con una vigorosidad de ningún otro deporte. Los JJOO de Atlanta 1996 fueron las primeras olimpiadas que albergaron el fútbol femenino; dándoles la importancia que el fútbol de mujeres debe tener.

Ya no es un deporte vetado para mujeres. El fútbol femenino está en auge. En países como EEUU la popularidad del fútbol femenino es mayor que la de sus símiles masculinos. El soccer es de las mujeres; llenan estadios con miles de personas. En Europa los precursores de este movimiento son Alemania y los países nórdicos, principalmente. Japón es otra potencia del fútbol femenino en Asia, en donde incluso los salarios de las chicas futbolistas son equitativos con respeto a los chicos. En Sudamérica la dominante es la selección brasileña, en un país donde el fútbol es filosofía y arte, las mujeres también participan activamente.

En España este arraigo es más lento, pero constante. Clubes como el Atlético de Madrid, F.C.Barcelona, Levante o Español (entre otros) tengan entre sus secciones el fútbol femenino, es una buena señal. Quizás falte la rivalidad Real Madrid-Barça a nivel femenino, pues sería posiblemente la mayor publicidad al fútbol femenino de nuestro país.

En resumen, el fútbol femenino ya es global. El “deporte rey” también lo es en su versión femenina y cada día hay más chicas que juegan al fútbol y sueñan con emular a las Alex Morgan, Marta o Hope Solo.

El fútbol femenino está aquí. Es tendencia y está para quedarse.

Juventus-Real Madrid, la mejor noche europea de Paco Buyo

Miticosymadridistas.blogspot.com

Ahora que el bombo de la Champions quiso que los caminos del Real Madrid y la Juventus se cruzaran en el viaje hacia Berlín, son muchos los que están echando la vista atrás para recordar partidos míticos entre los merengues y los bianconeri. Uno de los recuerdos recurrentes es la final de 1998 en Amsterdam, resuelta con el archiconocido gol de Mijatovic. Sin embargo, nos vamos a remontar casi 21 años para recordar otro histórico duelo entre ambos conjuntos.

El formato actual de la Liga de Campeones ha provocado que perdamos la cuenta de las veces que, por ejemplo, se han enfrentado en los últimos años clásicos como el Real Madrid y el Ajax o el Barcelona y el AC Milan. Viajando en el tiempo, llegamos a la temporada 1986-1987, con el formato clásico de la Copa de Europa. Nada de liguillas interminables, ni choques intrascendentes. Los campeones de cada país, frente a frente, sin privilegios de ser cabezas de serie y en eliminatorias a cara de perro, a ida y vuelta desde la primera ronda.

En ese año, el Real Madrid soñaba con recuperar el cetro continental y para ello contaba con la Quinta del Buitre en pleno auge. Tras dejar al Young Boys suizo en la cuneta, los blancos se iban a ver las caras en octavos con un rival de enjundia, la Juventus de Turín. Los italianos habían conquistado la edición anterior del Calcio, conjugando la seguridad defensiva de jugadores como Cabrini, con la magia de Michel Platini o el danés Michael Laudrup. La eliminatoria se vendía por sí sola, así que las expectativas hicieron que se colgara en Chamartín el cartel de 'No hay billetes'. Aquella noche del 22 de octubre de 1986, 100.000 espectadores fueron testigos de una victoria corta, pero brillante, del Real Madrid. Un solitario tanto de Butragueño daba al conjunto de Leo Beenhakker cierta ventaja de cara a la vuelta en Turín.



Antes de emigrar a Delle Alpi o de estrenar el coqueto y moderno Juventus Stadium, la Vecchia Signora tenía en el Comunale su particular fortín. Con las gradas mucho más cerca del terreno de juego, los bianconeri convertían sus partidos como locales en una olla a presión, especialmente en Europa. El 5 de noviembre de 1986, 65.000 tiffosi abarrotaron las gradas del Comunale para llevar a su equipo hacia la remontada. A los 10 minutos de juego, la Juve ya había igualado la eliminatoria, gracias a un tanto de Cabrini. Massimo Mauro le hacía un traje al lateral izquierdo del Real Madrid, antes de centrar al segundo palo, donde el mítico defensa transalpino ponía el 1-0 en el marcador. Parecía que los italianos ya habían hecho lo más difícil.

Sin embargo, el destino quiso que el gran protagonista de esa legendaria velada no fuera Platini, ni siquiera Emilio Butragueño. La eliminatoria acabó decidiéndose en la tanda de penaltis, momento en el que emergió la figura de Paco Buyo. El guardameta de Betanzos ya evitó la eliminación de su equipo en la prórroga, pero fue en ese instante cuando acabó siendo realmente decisivo. Beenhakker optó por lo más seguro y dio a su gran goleador, Hugo Sánchez, la responsabilidad de iniciar la tanda. El potente chut del mexicano se encontraba con la rápida intervención de Tacconi. Con el primer penalti errado, la eliminatoria se ponía realmente complicada.

Brio tenía la oportunidad de poner a la Juve por delante, pero Buyo hizo gala de su agilidad para detener el lanzamiento, muy cerca de su poste derecho. Butragueño y Vignola no fallaron y el marcador era de empate cuando Valdano debía lanzar su pena máxima. El argentino no erró, sacando a relucir su clase, y colocaba toda la responsabilidad a Manfredonia. El central zurdo, a sus 31 años, tenía ante sí uno de los momentos más importantes de su trayectoria. Tomó carrera, amagó con lanzar al lado izquierdo de Buyo, pero el gallego acabó rectificando su estirada para poner un 1-2 favorable al Madrid. La experiencia de Juanito se tradujo en una calma increíble para transformar el cuarto lanzamiento, obligando a Favero a meter su penalti para dar continuidad a la tanda. Con la figura de Buyo engrandecida, el '2' de la Juve ajustó tanto su lanzamiento que acabó tirándolo fuera, aunque el portero blanco ya había volado hacia ese palo para detener el balón si fuera preciso.



El Madrid pasó la eliminatoria, aunque acabaría cayendo en semifinales ante uno de sus grandes ogros en Europa, el Bayern Munich, en la eliminatoria tristemente recordada por el pisotón de Juanito a Matthaus. Pero esa es otra historia. Hoy sólo quería recordar la figura de un portero que aguantó bastantes años la presión de defender una meta tan exigente como la del Real Madrid. Aunque no llegara a levantar la 'orejona', esta fue, quizás, la gran noche europea de Paco Buyo.