miércoles, 6 de mayo de 2015

Juventus-Real Madrid, la mejor noche europea de Paco Buyo

Miticosymadridistas.blogspot.com

Ahora que el bombo de la Champions quiso que los caminos del Real Madrid y la Juventus se cruzaran en el viaje hacia Berlín, son muchos los que están echando la vista atrás para recordar partidos míticos entre los merengues y los bianconeri. Uno de los recuerdos recurrentes es la final de 1998 en Amsterdam, resuelta con el archiconocido gol de Mijatovic. Sin embargo, nos vamos a remontar casi 21 años para recordar otro histórico duelo entre ambos conjuntos.

El formato actual de la Liga de Campeones ha provocado que perdamos la cuenta de las veces que, por ejemplo, se han enfrentado en los últimos años clásicos como el Real Madrid y el Ajax o el Barcelona y el AC Milan. Viajando en el tiempo, llegamos a la temporada 1986-1987, con el formato clásico de la Copa de Europa. Nada de liguillas interminables, ni choques intrascendentes. Los campeones de cada país, frente a frente, sin privilegios de ser cabezas de serie y en eliminatorias a cara de perro, a ida y vuelta desde la primera ronda.

En ese año, el Real Madrid soñaba con recuperar el cetro continental y para ello contaba con la Quinta del Buitre en pleno auge. Tras dejar al Young Boys suizo en la cuneta, los blancos se iban a ver las caras en octavos con un rival de enjundia, la Juventus de Turín. Los italianos habían conquistado la edición anterior del Calcio, conjugando la seguridad defensiva de jugadores como Cabrini, con la magia de Michel Platini o el danés Michael Laudrup. La eliminatoria se vendía por sí sola, así que las expectativas hicieron que se colgara en Chamartín el cartel de 'No hay billetes'. Aquella noche del 22 de octubre de 1986, 100.000 espectadores fueron testigos de una victoria corta, pero brillante, del Real Madrid. Un solitario tanto de Butragueño daba al conjunto de Leo Beenhakker cierta ventaja de cara a la vuelta en Turín.



Antes de emigrar a Delle Alpi o de estrenar el coqueto y moderno Juventus Stadium, la Vecchia Signora tenía en el Comunale su particular fortín. Con las gradas mucho más cerca del terreno de juego, los bianconeri convertían sus partidos como locales en una olla a presión, especialmente en Europa. El 5 de noviembre de 1986, 65.000 tiffosi abarrotaron las gradas del Comunale para llevar a su equipo hacia la remontada. A los 10 minutos de juego, la Juve ya había igualado la eliminatoria, gracias a un tanto de Cabrini. Massimo Mauro le hacía un traje al lateral izquierdo del Real Madrid, antes de centrar al segundo palo, donde el mítico defensa transalpino ponía el 1-0 en el marcador. Parecía que los italianos ya habían hecho lo más difícil.

Sin embargo, el destino quiso que el gran protagonista de esa legendaria velada no fuera Platini, ni siquiera Emilio Butragueño. La eliminatoria acabó decidiéndose en la tanda de penaltis, momento en el que emergió la figura de Paco Buyo. El guardameta de Betanzos ya evitó la eliminación de su equipo en la prórroga, pero fue en ese instante cuando acabó siendo realmente decisivo. Beenhakker optó por lo más seguro y dio a su gran goleador, Hugo Sánchez, la responsabilidad de iniciar la tanda. El potente chut del mexicano se encontraba con la rápida intervención de Tacconi. Con el primer penalti errado, la eliminatoria se ponía realmente complicada.

Brio tenía la oportunidad de poner a la Juve por delante, pero Buyo hizo gala de su agilidad para detener el lanzamiento, muy cerca de su poste derecho. Butragueño y Vignola no fallaron y el marcador era de empate cuando Valdano debía lanzar su pena máxima. El argentino no erró, sacando a relucir su clase, y colocaba toda la responsabilidad a Manfredonia. El central zurdo, a sus 31 años, tenía ante sí uno de los momentos más importantes de su trayectoria. Tomó carrera, amagó con lanzar al lado izquierdo de Buyo, pero el gallego acabó rectificando su estirada para poner un 1-2 favorable al Madrid. La experiencia de Juanito se tradujo en una calma increíble para transformar el cuarto lanzamiento, obligando a Favero a meter su penalti para dar continuidad a la tanda. Con la figura de Buyo engrandecida, el '2' de la Juve ajustó tanto su lanzamiento que acabó tirándolo fuera, aunque el portero blanco ya había volado hacia ese palo para detener el balón si fuera preciso.



El Madrid pasó la eliminatoria, aunque acabaría cayendo en semifinales ante uno de sus grandes ogros en Europa, el Bayern Munich, en la eliminatoria tristemente recordada por el pisotón de Juanito a Matthaus. Pero esa es otra historia. Hoy sólo quería recordar la figura de un portero que aguantó bastantes años la presión de defender una meta tan exigente como la del Real Madrid. Aunque no llegara a levantar la 'orejona', esta fue, quizás, la gran noche europea de Paco Buyo.

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