miércoles, 6 de mayo de 2015

La alopecia nerviosa de Dertycia


Hoy vamos a hablar de una historia curiosa. Muchos conocen a Dertycia con el sobrenombre de “Míster Propper”, apodo cariñoso que le puso la simpática hinchada del Cádiz por culpa de su falta de pelo, pero pocos conocen el resto de su historia futbolística, y lo que es más curioso aun, la causa de su alopecia nerviosa.

Oscar Alberto Dertycia jugaba como delantero, dejándose la piel en cada partido y luchando cada balón como si fuera el último. Nacido en Córdoba (Argentina) no tardó en recalar en las categorías inferiores del equipo de su ciudad, el Instituto de Córdoba, donde se consolidó como un letal artillero. El club se le quedaba pequeño y el Argentino Juniors se fijó en él, consiguiendo hacerse con sus servicios y donde acabó convirtiéndose en pichichi del Torneo argentino. Su calidad resalta en sus cifras, ya que se convirtió en el segundo mejor goleador en Argentina en la década de los ochenta.

Un año después cruzó el charco para enrolarse en las filas de la Fiorentina, donde conformaría una dupla de ensueño con el emergente Roberto Baggio, pero también donde le cambió la vida para mal. Un choque fortuito con Maradona en un Fiorentina-Napoli de Copa italiana acabó con una atroz rotura de ligamentos que le tuvo doce meses sin jugar y que acabó costándole el hueco que tenía asegurado en la selección argentina del Mundial de 1990.

Hasta ese momento, Dertycia lucía una frondosa melena que acabó perdiendo por culpa de los nervios y el estrés a causa de la lesión. El jugador intentaba disimular sus nervios, pero tenía problemas personales que le impedían ser feliz y tener tranquilidad. Aparte de la lesión y todo lo que ello le supuso, el delantero estaba solo en Italia ya que su familia y amigos seguían en Argentina por lo que la mezcla de tanto problema y encontrándose solo, acabó costándole el pelo. Lo único que Dertyicia sacó positivo de la lesión según cuenta él mismo es una gran amistad con Maradona, del que cuenta la anécdota de que fue a visitarle al hospital con dos relojes firmados por él, y unas camisetas del Napoli, que se acabaron quedando los médicos.
La prueba: La melena de Dertycia


Ya sin pelo llegó a España para intentar recuperar su fútbol y su mente, y su primer equipo fue el Cádiz, donde la grada le puso el cariñoso mote antes mencionado de “Míster Propper”, ya que fue decisivo en la salvación del equipo gaditano y el público le cogió rápidamente cariño. Fichó por el Tenerife y tras un buen año de la mano de Solari, le tocó vivir dos años de peleas con Valdano, que no quería contar con él, pero el delantero se ganó un sitio a base de goles, lucha y entrega, por lo que acabó siendo importante todas las temporadas y siendo famoso por anotar un gol y hacer un partidazo en la segunda liga perdida por el Madrid en el Heliodoro Rodríguez. Se marchó al Albacete mientras su mujer negociaba con el Betis, lo que le causo algún que otro problema con Benito Floro, que acabó dejándole casi en el ostracismo como castigo; aun así anotó seis goles en los pocos minutos que tuvo y dejó una buena imagen y recuerdo en la grada manchega.

Viendo el panorama que tenía en el Albacete decidió volver a su país y jugar en su equipo de toda la vida, el Talleres de Cordoba. Luego jugó en Instituto y también en el General Paz Juniors donde se retiró, todos ellos de su Córdoba natal. Entre su etapa de Instituto y General Paz probó suerte en el Deportes Temuco chileno y en el Coopsol Trujillo peruano. Ahora ejerce como preparador de categorías inferiores en los equipos de Córdoba y ha fundado una ONG, la“Fundación Córdoba Fútbol”.

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