martes, 5 de mayo de 2015

El deporte femenino español está de moda

Selección española de Waterpolo femenino. Campeonas del Mundo en 2013

Hasta hace poco el deporte femenino era la asignatura pendiente del deporte español. Mientras el masculino llevaba años en la élite mundial, el femenino no daba apenas frutos, sólo figuras aisladas, algunas de ellas de nivel mundial.

Las causas fundamentales las encontramos en la falta de apoyos institucionales y en una sociedad que aún lucha por despegarse definitivamente del machismo del que durante siglos ha adolecido.

En 2014 el deporte femenino español ha alcanzado unos resultados espectaculares. Podemos incluso decir que el estado del deporte femenino español supera al masculino actualmente. Deportes como la natación, el waterpolo, el bádminton, la natación sincronizada, el balonmano, etc., han colocado a las deportistas de nuestro país en el mapa mundial, como rivales a tener en cuenta en multitud de disciplinas deportivas.

Causas del tardío despegar del deporte femenino español

Las causas de ese atraso son fáciles de identificar y causan sonrojo. Afortunadamente sociedades como la española viajan hacia la igualdad, aunque el deporte femenino tiene un hándicap añadido, el escaso seguimiento de sus competiciones por parte del público, lo que complica la financiación de la práctica deportiva. Esto debe, sin duda, suplirse por un apoyo institucional que fomente el deporte femenino.

Vamos a enumerar las causas de este tardío desarrollo del deporte femenino en España:

1    - El bajo nivel de profesionalismo: El deporte femenino no obtiene ingresos suficientes para convertirse en profesional. Vivimos en una sociedad donde la promoción del deporte femenino no ha contado con los mismos recursos y apoyos que los que sí ha tenido el deporte masculino. Hay muy pocas mujeres que pueden dedicarse exclusivamente a la práctica del deporte.

2        La tardía emancipación de la mujer: En el caso de España, esto fue incluso más tardío. Mientras que en los países más avanzados después de la Segunda Guerra Mundial se avanzó mucho en la lucha hacia la igualdad, en el caso español, los primeros pasos hacia esa igualdad se dieron en los años 80. Esto podemos extrapolarlo al mundo del deporte. Durante los años oscuros de la Dictadura franquista y anteriormente también, que una mujer practicase una actividad deportiva estaba mal visto. Se consideraba que el deporte era algo exclusivo para el hombre. Por tanto en España las mujeres se han incorporado tarde a la práctica deportiva, y los resultados han tardado en llegar.

      Falta de promoción del deporte femenino: Las instituciones aún deben dar un empujón al deporte practicado por las mujeres. No están en situación de igualdad con respecto a los hombres y esto merma sus posibilidades de crecer. Todos conocemos casos de equipos deportivos masculinos que han sido ayudados por las instituciones para mantenerse, sin embargo, cuesta encontrar casos donde las administraciones financien equipos deportivos femeninos.

Lili Álvarez, pionera del deporte femenino español

Como indicábamos, la práctica deportiva por parte de las mujeres en España es algo muy reciente. Aunque encontramos algunos casos de mujeres que en años pretéritos se resistían a que la sociedad les marcara los pasos.

Lilí Álvarez fue finalista de Wimbledon en 3 ocasiones
Lilí Álvarez, pionera del deporte femenino español
Lilí Álvarez es considerada la pionera del deporte femenino español. Practicó varios deportes, pero destacó en el tenis donde fue tres años consecutivos finalista en Wimbledon. La ventaja que tuvo Lilí sobre el resto de mujeres de aquella época fue que se crió en Suiza, una sociedad más abierta que la de aquella atrasada España. Fue olímpica en París 1924 jugando al tenis en la categoría de dobles y alcanzando los Cuartos de final. Además fue ganadora en Dobles en Roland Garros. También practicó otros deportes, algunos de ellos de invierno. De hecho estuvo a punto de disputar los Juegos Olímpicos de Invierno de ese mismo año, practicando el patinaje, su deporte preferido.

Después de Lilí, el deporte femenino español desapareció por completo. Años oscuros los de mediados del siglo XX. El papel de la mujer en la sociedad se limitó a las actividades del hogar. El machismo del régimen franquista aplastó cualquier aspiración de progreso de la mujer que la II República había anticipado.

Por tanto, no sería hasta después del final del Régimen, cuando las mujeres en España comenzaron a practicar actividades deportivas. En los 80 comienza a producirse una lenta pero esperanzadora emancipación de la mujer. Aunque a muchos hombres, e incluso a algunas mujeres, les costaba asimilar que, afortunadamente, los tiempos estaban cambiando. Por eso hasta finales de aquella época no se vieron los primeros resultados del deporte femenino español.

El deporte femenino comienza a dar sus frutos

Arantxa Sanchez Vicario
Arantxa Sánchez Vicario, estrella mundial del tenis
El tenis fue precisamente el deporte que empezó a darnos alegrías en categoría femenina. Una joven barcelonesa, Arantxa Sánchez Vicario,  alcanzó un hito al ganar Roland Garros en 1989 con tan sólo 18 años, derrotando a la gran estrella del tenis mundial, la alemana Steffi Graf. Arantxa fue todo un icono del deporte español a principios de los 90. El gran ejemplo de que las mujeres españolas también podían practicar deporte a un gran nivel. Entre sus logros estuvieron 4 victorias en Grand Slam (3 Roland Garros, 1 Abierto de Estados Unidos), fue número 1 del circuito WTA, en total consiguió 29 torneos, y cuatro medallas olímpicas (2 en Barcelona 92, bronce en individuales, y plata en dobles, y 2 en Atlanta 96, plata individual y bronce en dobles).

El tenis femenino nos daría otra estrella contemporánea de Arantxa, Conchita Martínez, que vencería en Wimbledon en 1994, además de alcanzar otras finales de Grand Slam y codearse con las grandes del tenis mundial.

Los 90 fueron años de figuras femeninas esporádicas. Pero el nivel general del deporte femenino español estaba lejos de alcanzar los logros que ya conseguían los hombres, y lejos del deporte femenino europeo.

Barcelona 92 fue un empujón para el deporte español, tanto masculino, como femenino. De hecho la fue la primera Olimpiada donde una mujer de nuestro país obtenía una medalla olímpica. En total, de las 22 medallas que obtuvo España, 8 fueron de mujeres, algo impensable años atrás.

Genma Mengual
Genma Mengual, una de las mejores deportistas españolas
Otras grandes deportistas españolas que triunfaron en los 90 y principios del siglo XXI han sido: la judoka Isabel Fernandez, la atleta Marta Dominguez, la regatista Theresa Zabell, la ciclista Joane Somarriba, la alpinista Edurne Pasabán, la esquiadora Blanca Fernandez Ochoa, la nadadora de sincronizada Gemma Mengual, la baloncestista Amaya Valdemoro, entre muchas otras.


El deporte femenino español en la actualidad

En la actualidad el deporte femenino español no hace más que darnos alegrías. Está en la cima mundial, e incluso podemos decir que ha alcanzado el nivel del deporte masculino. Por ejemplo, en los últimos juegos Olímpicos de las 17 medallas que consiguió la delegación española, 11 fueron conseguidas en categoría femenina.

El deporte femenino español está a un nivel espectacular. Y además están llegando triunfos a nivel de equipos, no sólo individuales, que era hasta hace poco uno de los puntos flacos del deporte practicado por mujeres en nuestro país. En deportes como el Waterpolo, el balonmano, la natación sincronizada, etc., el nivel alcanzado por nuestras deportistas es considerable.

Mireia Belmonte
Mireia Belmonte, la mejor deportista española actual
El pasado año fue el mejor de la historia para nuestras deportistas. Mireia Belmonte, Ona Carbonell, Carolina Martín, Lidia Valentin, Laia Sanz o Eva Calvo han logrado títulos europeos y mundiales. Mención especial merece Mireia Belmonte, sin lugar a dudas, la mejor deportista española de siempre. Mireia obtuvo 2 medallas de plata en las Olimpiadas de Londres, pero posteriormente su nivel ha crecido, obteniendo 6 medallas en los Europeos de natación de 2014 (2 de ellas de oro), y 4 oros en los Mundiales de piscina corta de Qatar también el año pasado, con dos récords del Mundo incluidos. Sin duda, es el referente del deporte español actual, no sólo el femenino.

A nivel selecciones, destacar el campeonato del mundo obtenido por la selección de Waterpolo en 2013 y de Europa en 2014. Antes habían sido subcampeonas olímpicas en 2012. La de Baloncesto se proclamó subcampeona del mundo, todo un hito para nuestro deporte; la selección de balonmano fue plata en el Europeo, tras haber sido bronce en Londres 2012. Para redondear el año, la selección española de fútbol femenino se clasificó por primera vez en la historia a un Mundial que se celebrará este año. Era también una espinita clavada en un país donde el fútbol es religión.

El único pero que podemos poner es el escaso nivel y medios que tienen las competiciones deportivas femeninas en nuestro país, lo que hace que nuestras deportistas tengan que marchar a otros países para practicar sus deportes. Las Ligas femeninas cuentan con pocos medios y casi nula repercusión mediática. Una verdadera losa para la práctica del deporte por parte de las mujeres en nuestro país.

Por tanto, queda mucho por hacer. Pero disfrutemos de este momento dorado del deporte femenino español. Esperemos que sea duradero y sigamos llevándonos alegrías con nuestras deportistas.

Javier Queipo

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