miércoles, 29 de abril de 2015

El balón de oro de la clase media



Tiempo ha me prometí que si algún día decidía sentarme y juntar unas líneas futbolísticas, lo haría sobre ese talento tan poco reconocido en nuestro fútbol como es Sergio García. No escribo para analizar su trayectoria, su palmarés, sus equipos ni sus números; sino para rendir un minúsculo homenaje a un tipo que pide a gritos el reconocimiento del fútbol nacional cada vez que se calza las botas y salta al césped. 

Actual buque insignia del RCD Español, símbolo 'Perico' y más que digno heredero de un brazalete que han portado auténticas leyendas del club como Pochettino, Tamudo o el tristemente fallecido Dani Jarque. Cualquier desconocedor de la historia de Sergio podría decir que su camino hacia el éxito habrá sido un plácido paseo desde los anillos de Montjuic -estadio donde el Espanyol fue local hasta 2009- al casi recién estrenado verde de "Corneprat" pero nada más lejos de la realidad, su carrera no ha sido nada sencilla. 

Tres descensos de categoría -Levante, Zaragoza y Betis- son tres pesadas cargas para un joven jugador que apenas había cumplido los 25 años. Todos sabemos la presión por parte de medios, afición, etc. que se crea alrededor de un equipo que desciende, y más si a ello le sumamos el clima de tensión que se genera en un club, en su cuerpo técnico y el vestuario en esas situaciones -en el descenso que vivió en Zaragoza, Sergio llegó a estar a órdenes de hasta 4 entrenadores diferentes- . Por ello, cabe también destacar, más allá de sus -evidentes- dotes futbolísticas, su capacidad mental para afrontar tales situaciones y continuar creciendo sin permanecer ajeno a todo. 

Evidente debilidad de quien escribe, Sergio se ha hecho un hueco inolvidable en las retinas de toda una generación de amantes del fútbol que, a golpe de tijera y tinte capilar, le hemos visto forjar una magnífica trayectoria futbolística. Sus filigranas, su dribling, la velocidad en la conducción, su descaro encarando a sus rivales, el manejo de ambas piernas, el gran golpeo desde media distancia, su olfato goleador, su sangre fría en el mano a mano y su polivalencia en la cancha han hecho de él un perfecto 10 y han encandilado a gran parte de los aficionados españoles, que todavía reclaman(mos) una mayor relevancia y reconocimiento. 

Sergio García supo reciclarse. Sus orígenes como profesional fueron como 9 "puro", debutando de esta manera con el F. C. Barcelona un 2 de septiembre de 2003 (20 años) tras dos excelentes campañas en el filial blaugrana -donde había destacado como killer- . Pero encajado entre centrales, con la movilidad reducida, "Falete" -apodo cariñoso con el que se le conoce entre la afición blanquiazul- apenas mostraba una mínima parte de su fútbol. Tras una gris temporada de cesión al Levante, recaló en 2005 en Zaragoza donde tampoco brillaría en su primera campaña, pero fue en el conjunto maño donde comenzó su metamorfosis. Con el puesto de 9 cerrado, por delante estaban un tal Ricardo Oliveira y, sobre todo, otro tal Diego Milito. Sergio se vio obligado a considerar otras opciones en su juego y ocupar puestos alternativos al "suyo". Justo en ese momento comenzó a nacer el crack que conocemos ahora. Partiendo desde la banda, con una velocidad y un desborde endiablados y cayendo al centro, formó una temible delantera junto a sus dos compañeros. Tal fue su aparición que, pese al turbulento descenso de categoría en 2008, Sergio fue una de las grandes sorpresas en la lista de Luís Aragonés para la Euro 2008 -que, a la postre, resultaría el inicio de la exitosa etapa de nuestra selección, pero eso es otra historia- .

Al término del Euro, ficharía por el Betis -fueron dos campañas con muchos altibajos aunque nadie allí dudó de sus cualidades- y, finalmente, terminaría regresando a su ciudad natal para recalar en el club rival: El R.C.D. Espanyol. Donde la estabilidad, la confianza y la madurez le llegaron, siendo éste el caldo de cultivo ideal para que el agrietado cascarón del Sergio García que comenzábamos a observar, fuese roto definitivamente mostrando así el superlativo futbolista que conocemos en la actualidad. Sin lugar a dudas, el Balón de Oro de la clase media. 

@AngelRoMon

0 comentarios:

Publicar un comentario