jueves, 2 de abril de 2015

Gracias por mi nombre, mamá


Atrás quedaron los años en los que los niños tenían que recordar nombres como ‘Gento’, ‘Hugo Sánchez’ o ‘Pirri’. De esa época ya han pasado varias décadas y, como en todo, la globalización se ha hecho presente en el deporte rey europeo.

Es evidente que siempre ha habido nombres extraños en el deporte. Casi cada país tiene sus propios apellidos “curiosos”. En Alemania encontramos uno de los ejemplos más interesantes: el Borussia Dortmund. En el Dortmund, hace 4 años se fichó a un joven polaco llamado Robert Lewandowski. El nombre en su camiseta era tan largo que hubo que extender sus márgenes de la camiseta en relación a otros compañeros; pero Robert no era el único de su club que tenía un nombre “curioso”. Es más, desde 2007 en el propio Borussia Dortmund jugaba un joven que se llamaba Jakub Błaszczykowski. Los locutores tardaban más en dar la alineación del Borussia que dar la de cualquier otro equipo. Y no sólo es que los apellidos fuesen largos, sino que también difíciles de pronunciar (siempre pensándolo desde un punto de vista peninsular, claro está). Mkhitaryan, Aubameyang, Großkreutz o Papastathopoulos son algunos de los actuales integrantes del equipo alemán.

Pero no sólo en Alemania aparecen estos nombres tan complicados a nuestra pronuncia. A Inglaterra también ha llegado la “globalización” de los jugadores. Szczęsny, el portero polaco del Arsenal también nos complica bastante la vida por su apellido “Sí sí, el portero ése, el del nombre raro… mhhh ¡el ‘chesnik’!”.

Y ya no es que sea difícil tratar con los nombres y apellidos extranjeros, es que hasta los de habla hispana nos complicamos nosotros mismos la vida. Uno de los fichajes más sonados de la campaña 2014-2015 ha sido el de James Rodríguez. ¿Cuál es la diferencia entre LeBron James (estrella de la NBA) y James Rodríguez para que sus nombres sean exactamente iguales, pero a la vez tan diferentes? Muchos nombres en Latinoamérica se “españolizan” en su pronunciación, es el caso de James, Jason, John, entre otros. ¿Imagináis al propio Błaszczykowski pronunciado a la “española”? Se me traba la lengua sólo de pensarlo.

Ahora bien, os reto a hacer una reflexión: imaginad un 11 en el que todos los integrantes compartan una peculiaridad. En mi caso, todos tienen apellidos de adjetivos calificativos. Riesgo en portería (la portería nunca es un seguro); línea de defensa para Cuadrado (alguien debe marcar el territorio, y ¿quién mejor que alguien que va al gimnasio?), Maduro (la experiencia es una virtud), Rojo (¿indicará que corre durante todo el partido y la sangre se le acumula por el cansancio?); mediocentros: Señor (un caballero ante todo), Guardado (alguien debe ser el equilibrio entre la defensa y el ataque, seguro que vigila la retaguardia), Lentini (no todos pueden ser como Rojo), Marica (me abstengo de comentar); en ataque Soldado (un experimentado “killer” de guerra), Immobile (otro que no puede moverse demasiado por el campo) e Inutile (porque no en todos los equipos podemos tener a los mejores).

¿Os atrevéis a completar el reto?

Artículo escrito por: @Parrupa

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