jueves, 4 de septiembre de 2014

La UDA como muestra imparable de la globalización de nuestro fútbol


ONU (u Organización de las Naciones Unidas), dícese de la más ingente organización internacional existente creada allá por 1945 un veinticuatro de octubre y con un rol primario: la asociación y cooperación entre naciones con el objetivo común de alcanzar un estado de seguridad, paz y desarrollo en todas ella.

UDA (o Unión Deportiva Almería), dícese del club de fútbol español cuya refundación en 2001 generaría el que hasta ahora es el equipo que recorre cada domingo los estadios más emblemáticos de la que muchos dicen que es la Liga de las Estrellas.

Y, ahora bien, esta retahíla terminológica, ¿a qué debe su razón de ser? La respuesta puede ser algo somera: los fichajes que ha realizado Alfonso García Gabarrón para que el conjunto del que es Presidente desde 2003 pueda alcanzar la salvación en la categoría sin los apuros de la temporada anterior. Pero, podemos ir más allá… Mucho más allá.

En primera instancia sería muy útil recurrir a un futbolista belga del que las últimas noticias lo vinculan con el vetusto y decrépito mundo del alcohol; hablamos de Jean-Marc Bosman. Este centrocampista del Royal Football Club de Lieja sería, de un modo involuntario, quien, con su querella judicial contra la normativa de transferencias en el fútbol, propició la archiconocida «Ley Bosman» por la que desde el quince de diciembre de 1995 los clubes podrían contar libremente en sus filas con el número de jugadores de extranjeros que creyeran oportuno. Ya no habría cupos preestablecidos diciendo que los no nacidos en un país no pueden pasar de cuatro en un equipo.

Hecha esta disertación es cuando aparece la Unión Deportiva Almería y su ligazón con la ONU. Nos ceñiremos sólo a su delantera, si bien en su zona de medios juegan un nigeriano y mundialista (Ramón Azeez), un ghanés (Thomas Partey) o un brasileiro (Wellington Silva) y en la de zagueros, otro carioca que vuelve de su cesión en el Atlético Mineiro (Míchel Macedo) y un argentino (Mauro dos Santos). Como habíamos aventurado, la «verdadera» mezcolanza la tiene Francisco Rodríguez en los que con sus goles han de propiciarle al plantel la posibilidad de aparecer en los álbumes de cromos en la temporada 2015/2016. Si de por sí es atípico el contar con un burkinés en la plantilla (Jonathan Zongo, jugador casi defenestrado hasta la segunda vuelta de la campaña pasada por temas ajenos a los deportivos –momento en que se oficializó su renovación y mejora de contrato–), lo de la flamante «Triple T» (Teerasil, Tomer y Thievy) que podrá alinear el oriundo entrenador almeriense del barrio del Zapillo en feudos como Anoeta, Riazor o Madrigal, podríamos catalogarlo como se suele decir popularmente «de traca».

Para los desconocidos, nos referimos al exótico Teerasil Dangda, donde en el prematuro regreso en la pretemporada a su Tailandia natal se pudo corroborar su enorme tirón mediático, así como el número de camisetas que Nike –marca deportiva que, a su vez, viste al equipo del sureste español– comercializó con el nuevo 18 rojiblanco y ex del Muangthong United. Quizá suene a mercadotecnia en el gran continente asiático, si bien este cedido con opción de compra, ha dejado ya muestras de sobra en los partidos preparatorios del Almería que su popularidad no es para nada regalada. Nadie confiaba en que Beckham pudiese ser un jugador fajador y todavía hay románticos que recuerdan como terminó de enfangada su vestimenta en un partido embarrado que el Real Madrid disputó en los Campos de Sport del Sardinero.

En segundo lugar citaremos al israelí Tomer Hemed. Este jugador que llegaría a la isla mallorquina tras haber formado parte del equipo más puntero de su ciudad de nacimiento, el Maccabi Haifa, llega al equipo rojiblanco con el firme propósito de demostrar que aquel delantero que maravilló al mundo en sus primeros encuentros con el equipo bermellón no ha extinguido su olfato. Atrás quiere dejar esa lesión en el tendón de Aquiles que tanto repercutió negativamente en la clasificación final del Mallorca el año pasado y que casi le hace descender a la categoría de bronce del fútbol español. El heredero del número 10 de Rodrigo Ríos, ‘Rodri’, quiere hacer ver a sus detractores que el que en teoría más papeletas tiene para ser la punta de lanza de los once de Francisco tiene mucho por decir aún en Primera División; luego será el tiempo el que le dé o le quite la razón (de momento, la pretemporada favorece la opinión del goleador judío).

Y por último, el que desde inicio de verano se convirtió en el abanderado de Alfonso García y que tanto ha costado colocarle la zamarra publicitada por Urcisol en el pecho; Thievy Guievy Bafouma. El franco-congoleño, internacional por esta última, no sólo ha sido la guinda del pastel para los aficionados almeriensistas, sino que también es el elegido para sustituir al sempiterno dueño de la banda izquierda del Almería, el ahora pupilo de Emery, Aleix Vidal. Con la vitola –ganada– de díscolo, pero con unas condiciones para el balompié innatas, el jugador a préstamo por el RCD Espanyol está ante una de sus últimas –o inclusive la última– bala de jugar en un equipo de la élite internacional. En Cornellá mostró más luces que sombras y su salida sin ningún entreno con el equipo barcelonés y las declaraciones desmedidas de su pareja sentimental casi hacen imposible su retorno futuro, en el WBA de Pepe Mel sólo jugó seis partidos desde que marchara allí en Navidad y sólo fue con Las Palmas en 2012-2013 donde se le recuerda con una sonrisa. Sonrisa que casi arrebata con sus arreones a los que ahora serán sus hinchas en aquella agónica fase de ascenso entre Almería y canarios. Quizá ahí empezó el idilio: los de casa avanzaron de ronda contra el Girona y Thievy se hizo un hueco en los aficionados por el pavor que causó pero que no consumó.

ONU y UDA, tres siglas unidas condenadas a entenderse…

Artículo escrito por: @juanje10ayala

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