lunes, 1 de septiembre de 2014

El equipo de nuestra casa


En 1903 hubo grandísimos acontecimientos históricos: la cesión de Guantánamo a EEUU por parte de Cuba, salió a la venta el primer panfleto del ABC (¡hay que ver la de años que lleva la prensa escrita de nuestro país!), se creó la empresa Harley-Davidson y, sobre todo, se fundaron muchos clubes de fútbol (deporte emergente en aquella época). La historia que os voy a relatar es la del tercer club de fútbol más grande de Catalunya (¡ojo, que no lo digo yo, que lo dice la Wikipedia!), el Centre d’Esports Sabadell.

Situado en el Vallés Occidental, a 20 km de Barcelona, se encuentra la ciudad de Sabadell, cuyo equipo de fútbol heredó el nombre de la propia ciudad. Su indumentaria era a rayas verticales, muy parecido a la zamarra que ahora visten los jugadores del Espanyol, por ejemplo. En los inicios del fútbol, muchos clubes (por no decir la gran mayoría) poseían rayas en su indumentaria, no hay más que mirar la primera camiseta del decano del fútbol español, el Recreativo de Huelva.

A partir de 1913, el Sabadell adoptó un estilo de vestimenta un tanto peculiar: los arlequines. ¿Qué son los arlequines? Bien, los arlequines eran personajes pintorescos de la edad media a los que se les reconocía por su vestimenta, ya que siempre llevaban rombos y cuadros de colores llamativos en sus ropas. Así el Sabadell estampó 4 cuadrados en su camiseta: dos blancos y dos azules para su equipación de local.

La Nova Creu Alta es el estadio del CES. Si me permitís ponerme un poco ‘abuelo cebolleta’ recuerdo que cuando era pequeño y el Sabadell jugaba aún en tercera división (hace unos 15 años aproximadamente) nos colábamos en el estadio por las barras que tiene la tribuna principal. Éramos tan pequeños que cabíamos entre los barrotes de hierro y nadie nos veía, o quizás no nos querían ver. Cuando no podíamos colarnos por la tribuna, entrábamos por cualquiera de los otros 4 accesos al campo y una vez en la grada, saltábamos al terreno de juego y desde ahí accedíamos a la tribuna, sobre todo los días que llovía. Eso es lo bueno de la afición de este equipo: llueva, truene, nieve o caiga el sol sobre sus cabezas, los jugadores siempre se sienten arropados por su público; y no es que el campo sea precisamente pequeño, la verdad… ¡caben 20.000 personas! Sí, sí, veinte mil personas una al lado de la otra.

Aunque tengo que decir que realmente en la época dorada del club, había más de 20.000 almas en el campo. Porque, como seguramente no sepáis, el Sabadell jugó en primera división; ¡y no sólo eso, sino que también jugó en competición europea! Llegó a participar en la Copa de Ferias (lo que ahora entenderíamos por un sucedáneo de la UEFA, o como quieren que la llamemos ahora, la UEFA Europa League). En los partidos contra los grandes equipos (Real Madrid, Barcelona, Athletic, Atlético de Madrid, etc.), la gente se subía a los focos de 50 metros para observar desde allí el partido. Las vallas de publicidad tampoco quedaban exentas de público y se abarrotaban para no quitar ojo de lo que ocurría en el césped.

Actualmente el Sabadell milita en segunda división tras su ascenso en 2011 y a punto estuvo de jugar el play-off de ascenso a la Liga BBVA la temporada 2013-2014. Por toda su historia, por todos sus momentos, por todas las aventuras que se vivieron, por las aventuras que todavía se viven, por las que se seguirán viviendo, por todos los chavales que, orgullosos, son del Sabadell (lo dicen ellos: “¿Yo? Del Sabadell. Y puede que también un poco del Barça”), por los que gritaron en aquella Copa de Ferias, por los que gritaron al proclamarse subcampeones de la Copa, por los que gritarán (espero) este año el ascenso a primera división; por todos ellos y por más, hoy, más que nunca, ¡viva el fútbol de nuestra tierra! 

Artículo escrito por: @parrupa

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